A todas las mujeres nos encanta mantener un rostro hermoso e hidratado, pero existe una cantidad de factores que no colaboran con nuestra belleza exterior, estos causan daños y estragos en nuestra apariencia, haciendo lucir nuestra piel deshidratada, agrietada, débil, rugosa y marchita. Factores como el estrés, falta de sueño, polvo, los radicales libres, mala alimentación, dietas entre otros, contribuyen a sentirnos cansadas, agotadas y desanimadas no solo espiritualmente, también afecta nuestra apariencia especialmente nuestro rostro. Todo esto acarea consecuencias en la parte más sensible de nuestra cara los ojos.