Pedro, el granjero, se alegró mucho al descubrir que su caballo estaba esperando. Eso indicaba que estaba a punto de adquirir otro caballo que, si era bueno, podría reportarle más prosperidad económica. Ya casi había llegado el momento. Tras meses y meses de espera, el alcalde estaba a punto de dar a luz al potro. Extrañamente, a pesar de tener una barriga enorme, se negaba a parir. Pedro tomó la decisión de hacerse una ecografía en el veterinario del barrio. En cuanto el veterinario vio la ecografía, alertó a la policía. Los policías informaron al veterinario de que llegarían en cuanto les llamara. Más que simplemente, se necesitaba un veterinario para ayudar a este animal.